DE ROSA LUXEMBURG PARA FRANTZ FANON

 

Todo puede explicarse al pueblo a condición de que se quiera que comprenda realmente.

Frantz Fanon

 

La Oficina Regional en México de la Rosa Luxemburg Stiftung rinde un homenaje al revolucionario Frantz Fanon, a más de medio siglo de su muerte, al poner en manos de los lectores este conjunto de obras de y sobre este escritor cuyas ideas, a pesar de influido en el pensamiento revolucionario de los años sesenta y setenta, han sido injustamente desconocidas, hasta cierto punto, para la historia de la teoría política actual.

La Rosa Luxemburg Stiftung es una fundación política alemana cercana al partido de izquierda Die Linke, que trabaja alrededor del mundo bajo los postulados de otra revolucionaria, de quien toma su nombre. En América Latina tenemos tres oficinas regionales: la oficina en Quito, desde donde se trabaja en la región andina; la oficina en Sao Paulo, desde donde se atiende el trabajo en el Cono Sur; y nuestra oficina en México que trabaja, desde ese país, en proyectos con Guatemala, Nicaragua, Costa Rica y Cuba.

El trabajo internacional de nuestra Fundación tiene como fin la formación política a través del análisis de la sociedad, el ideario de la emancipación democrática y social, y la capacitación para la acción política en un sentido concreto. Por ello, nuestros campos de cooperación comprenden la participación social y democrática, la prevención de conflictos y su resolución en forma pacífica.

Nuestra apuesta de trabajo está dirigida hacia organizaciones sociales y movimientos que, creemos, son los actores con la posibilidad de impulsar cambios en la mayoría de los países donde trabajamos, en donde los partidos políticos parecen haber abandonado ideologías y principios en aras de conseguir el poder y con ello el acceso a los negocios que el mismo permite.

Tenemos diversas estrategias de trabajo: por un lado, con organizaciones nacionales o locales que son parte de nuestro grupo de contrapartes; por otro, con pequeños proyectos con actores locales que nos permiten vincularnos a la base y a las sociedades de nuestros países de acción. Por último, tenemos también medidas propias que son iniciativas que nosotros planeamos, impulsamos y ejecutamos desde nuestra oficina.

Dentro de esta última estrategia encauzamos el trabajo que, desde 2012, hemos realizado en torno a la Feria Internacional del Libro de La Habana que nos permite, cada, año traer una propuesta de lecturas con el objetivo de articular a las sociedades de los diversos países en los que trabajamos.

La propuesta hecha por Felix Valdés de editar este libro nos pareció una forma de rendir homenaje a un hombre que intentó explicar el mundo desde una perspectiva crítica, transformadora, revolucionaria e independiente. Desde nuestra perspectiva esto puede ser una contribución desde una fundación de izquierda a mantener en el debate temas que son vigentes a más de medio siglo de la prematura muerte de Fanon.

La lectura de los textos de este escrito, que tienen como base inspiradora un pensamiento crítico y revolucionario, nos permite hoy profundizar en debates necesarios que problematizan la descolonización, el pensamiento marxista, la marginación, la desigualdad social, la raza, los conflictos de clase, el lenguaje y la cultura, entre otros temas.

Fanon nació en Martinica, en 1925, cuando la isla aún era una colonia francesa, y allí vivió el racismo de las tropas navales de Francia cuando se establecieron en su tierra, hecho que influyó fuertemente en su pensamiento. Participó en la Segunda Guerra Mundial cuando, a los 18 años, se integró a las Fuerzas de Liberación Francesa y luego al ejército, en donde desempeñó un papel protagónico, aunque tal circunstancia no lograría evitar que, junto con otros compañeros negros de su regimiento, fuera sometido al “blanqueamiento”. Ello significó que los soldados no blancos fueran concentrados y segregados, en algún lugar de Provenza. Este hecho marcó tan fuertemente a Fanon que le escribió una carta a sus padres donde reconoce haber cometido un error al asegurarles que “nada, absolutamente nada justifica la brusca decisión que tomé de defender los intereses de un latifundista: que yo lo defienda o no, no le importa”.

A los 25 años, trabajó con intensidad apoyando la campaña de su maestro, el comunista Aimé Césaire, para integrar la Asamblea de la Cuarta República Francesa. En 1952, Fanon publicó una de sus obras más conocidas Piel negra, máscaras blancas donde cuestiona el sometimiento de la población negra y el actuar de la misma frente a sus colonizadores, línea que fue una constante en sus textos donde siempre abordó la dominación de los poderosos sobre los débiles.

Al ver lo que ha ocurrido en el mundo desde la muerte de Fanon en 1961, vale la pena reflexionar sobre cómo se han mantenido a lo largo de todo el planeta realidades de despojo, injusticia, marginación, colonización brutal, dominación y explotación, que se han modificado en apariencia y forma, pero que en fondo se han profundizado y perfeccionado.

En 1959, se publicó su segundo libro, El año V de la revolución argelina, donde acusa a Francia por los crímenes masivos contra la población argelina que luchaba por su independencia. Se cuestiona, además, el actuar de los revolucionarios y todas las transformaciones que se dan dentro de una sociedad dominada y humillada. Este texto, aunque fue prohibido en Francia, provocó que se hablara de Fanon en otros países de África e incluso de América Latina.

Los condenados de la tierra fue el siguiente libro publicado por el autor. Después de su muerte se dieron a conocer sus escritos políticos, publicados en el lapso entre Piel negra, máscaras blancas y Los condenados de la tierra, que habían visto la luz principalmente a través del periódico El Moudjahid. Este libro, bajo el título Por la revolución africana, salió de imprenta en París, editado por François Maspero en 1964 y, un año más tarde, fue traducido y publicado en México por el Fondo de Cultura Económica. Estos textos y Los condenados de la tierra, repercutieron en Ernesto “Che” Guevara, Agostino Neto y Nelson Mandela, fieles seguidores de sus ideas.

Fanon fue un precursor de los cuestionamientos al modelo colonial, y también inspiró al feminismo, una vez que planteó la necesidad de fundar sociedades justas sobre la liberación integral de las mujeres y los hombres. Todo esto hace que hoy podamos definirlo como anticolonial, antiracista y antipatriarcal: tres postulados que guían el actuar de los que hoy buscan la transformación profunda de nuestras injustas sociedades.

Para la oficina de la Rosa Luxemburg en México, proponer esta lectura y, más que ello, la reflexión y el debate que de ella pueda derivarse, nos parece un aporte a la construcción de un pensamiento crítico y transformador, lo que es un compromiso de nuestra organización Patricia Zapata 14 con las sociedades en las que trabajamos y una necesidad imperante para entender y trabajar en contra de la dominación. En este sentido compartimos el criterio de Fanon de establecer que “Todas las formas de explotación son idénticas, porque se aplican, todas por igual, al mismo ‘objeto’: el hombre”, y creemos que eliminar esta explotación es una responsabilidad histórica e indiscutible de la izquierda.

 

Patricia Zapata

Coordinadora de Proyectos para Centroamérica y Cuba, RLS 


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